domingo, 23 de junio de 2013

Belgrano hizo de la economía su bandera

¿Qué conmemoramos el 20 de junio?

 El día 20 de junio de 1820 muere Manuel Belgrano, por esto se conmemora en realidad su muerte.
La Bandera Nacional se enarboló por primera vez en la ciudad de Rosario el 27 de febrero de 1812 para utilizarla en el ejército de su mando (lo cual fue desautorizado por el gobierno).

El Gobierno Nacional el 3 de marzo de 1812 prohibió al general Belgrano utilizarla, por razones de política internacional, ordenándole que la ocultara disimuladamente y que la reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires (la rojigualda). Como Belgrano partió hacia el norte para hacerse cargo del Ejército del Norte, no tomó conocimiento de la orden de desechar la bandera. Luego de avanzar a San Salvador de Jujuy, el 25 de mayo de 1812 celebró el segundo aniversario de la Revolución de Mayo con un Te Deum en la iglesia matriz, durante el cual el canónigo Juan Ignacio Gorriti la bendijo. El 29 de mayo Belgrano informó al gobierno:
(...) el pueblo se complacía de la señal que ya nos distingue de las demás naciones (...)
El Triunvirato amonestó por ello a Belgrano el 27 de junio, quien contestó el 18 de julio diciendo:
La guardaré silenciosamente para enarbolarla cuando se produzca un gran triunfo de nuestras armas.
El 24 de julio la entregó al Cabildo de Jujuy. El triunfo lo obtuvo él mismo el 24 de septiembre de 1812 en la Batalla de Tucumán.
En enero de 1813 Belgrano volvió a confeccionar otra bandera, lo cual fue aceptado por la Asamblea del Año XIII al iniciar sus deliberaciones el 31 de enero de 1813, siempre y cuando fuera sólo usada como bandera del Ejército del Norte, y no del estado.
El 20 de febrero de 1813 se libró la Batalla de Salta, en la cual Belgrano logró un triunfo completo. Esta es la primera batalla que fue presidida por la bandera celeste y blanca, como bandera del Ejército del Norte. Concluida la batalla de Salta la bandera fue colocada en el balcón del Cabildo por Eustoquio Díaz Vélez y los trofeos apoderados de los realistas ubicados en la Sala Capitular.
Díaz Vélez, nombrado gobernador militar de la Intendencia de Salta del Tucumán, fue la primera autoridad salteña en utilizar la bandera celeste y blanca.
Fue usada durante la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú hasta la Batalla de Ayohuma el 13 de noviembre de 1813.
La bandera fue adoptada oficialmente como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 20 de julio o 25 de julio de 1816 por el Congreso General Constituyente de San Miguel de Tucumán. Es el mismo Congreso que había proclamado el 9 de julio de 1816 la Independencia argentina. En dicho Congreso participaron diputados que representaron a Tarija y otras zonas al norte de Argentina, actual Bolivia. En esa sesión se confirmó el uso de la bandera creada por Manuel Belgrano como la única bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta bandera es la que la República Argentina recibió en herencia.

Artículo periodístico:

TRIBUNA ABIERTA  (18/06/1999) Por JULIO SEVARES. De la Redacción de Clarín
Belgrano hizo de la economía su bandera


El programa que ideó Belgrano en el siglo XIX -no cumplido ni entonces ni ahora- buscaba crear trabajo y no someterse pasivamente al mercado  

Belgrano, además de ganar batallas y ser el creador de la bandera, tuvo un pensamiento económico claro y práctico, dirigido a señalar las trabas que se oponían al desarrollo económico y la forma de superarlas. Señaló que uno de los principales obstáculos de su tiempo era la concentración de la propiedad agraria y propuso formas para dar lugar al asentamiento de agricultores. Consideró que el progreso dependía de una articulación entre la agricultura, la manufactura y el comercio. Belgrano era básicamente librecambista, pero admitió cierto grado de proteccionismo y sostuvo que el Estado tenía que contribuir para el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles extendiendo y mejorando la educación pública y el entrenamiento de agricultores y artesanos. Su pensamiento está nutrido por sus estudios teóricos, que incluyeron la lectura de Adam Smith y la valoración del librecambio. Sus escritos incluyen no sólo programas de orden general, sino recomendaciones prácticas para el mejoramiento de la vida económica y social. Como parte de su orientación fisiócrata, Belgrano consideraba que la agricultura era un pilar fundamental del progreso económico. Pero progresivamente comenzó a tomar en cuenta la importancia de contar con industrias que transformaran los productos naturales, especialmente para dar ocupación a la mano de obra existente. Poco antes de la Revolución de Mayo escribió en el Correo de Comercio: Ni la agricultura ni el comercio serían, casi en ningún caso, suficientes a establecer la felicidad de un pueblo si no entrase en su socorro la oficiosa industria, porque ni todos los individuos de un país son a propósito para desempeñar aquellas dos primeras profesiones, ni ellas pueden sólidamente establecerse, ni presentar ventajas conocidas, si este ramo vivificador no entra a dar valor a las rudas producciones de la una, y materia y pábulo a la perenne rotación del otro (Manuel Belgrano, Escritos económicos). Belgrano observó que el país tenía abundancia de lana y algodón que podían utilizarse para industrializarse. De esta forma se crearía trabajo y se evitarían la ociosidad, la mendicidad y el delito. El avance de la agricultura y de las demás actividades que debían articularse con ella chocaba con un obstáculo formidable: la colonia y el incipiente país que observaba Belgrano estaba formado por enormes extensiones de tierra que los terratenientes dedicaban a la explotación ovina. Esta explotación se basaba, a su vez, simple y primitivamente, en la fecundidad de los vastos rebaños. Agricultura, industria, comercio Para desarrollar la agricultura era necesario algún reparto de la tierra. Belgrano consideraba que la falta de propiedad de la tierra desalentaba la productividad y era fuente de pobreza porque reducía la disponibilidad de fuentes de trabajo. Para corregir esta carencia proponía inducir esa distribución mediante impuestos a las tierras improductivas y eventualmente confiscación, si estuvieran cercanas a los pueblos. Belgrano tenía en cuenta que el progreso de la empresa privada dependía de las ganancias que labradores, artesanos o comerciantes podían obtener. Pero también enfatizó sobre el papel que juegan la educación y la capacitación técnica. En esta línea sostuvo: Una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierras y, por consiguiente, el ningún adelantamiento del labrador, es porque no se mira la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio. En relación con el comercio, y criticando los abusos de los cómodos monopolistas de la colonia, afirmó que no puede reducirse a comprar por diez y vender por veinte. Por el contrario, se necesitan escuelas de comercio donde se enseñe aritmética y las disciplinas necesarias para la formación de buenos comerciantes. La educación que se ofrecía en Buenos Aires no se adecuaba ni lejanamente a esta necesidad porque estaba orientada hacia la formación religiosa. Para salvar ese déficit propone la extensión de la enseñanza pública y gratuita y su orientación hacia temas y actividades económicas, como el dibujo y las artes y oficios. También tuvo en cuenta la relación entre educación, trabajo y situación social. Enfáticamente se pregunta: ¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos. Si bien Belgrano era básicamente librecambista, consideraba que las restricciones que el bien público trae al comercio no pueden llamarse dañosas y que sólo puede ser libre el comercio que permite el interés general de la sociedad. Consideraba también que el desarrollo del comercio interno, importante para la unificación territorial y económica, necesitaba aportes públicos como la construcción de caminos y la apertura de canales. Dejó también una recomendación: Nada más importante que tener un conocimiento exacto de la riqueza y fuerza de los estados; éste es el objeto de la ciencia estadística y su fin para proceder con acierto en todas las disposiciones que se dirijan al orden económico a efecto de fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio. El programa de Belgrano y de otros que, con coincidencias y diferencias, pensaban en la transformación del país no se cumplió. El comercio interno, la agricultura y la industria quedaron postergados por décadas por la civilización del cuero y la lana de los terratenientes. Pero hoy, el llamado de Belgrano a no someterse pasivamente a los dictados del mercado, la preocupación por crear trabajo y transformar la educación, no sólo tienen interés historiográfico, sino una candente vigencia.
Diario El Litoral: 16 de junio 2008
La importancia de la productividad en los procesos económicos también aparece con frecuencia en sus escritos. La mayor productividad, decía, es resultado no sólo de la incorporación de nuevas técnicas en los instrumentos de producción, sino de una correcta división del trabajo y de la capacitación de gente industriosa. Esto último sólo puede alcanzarse mediante el fomento de la educación, respecto de la cual Belgrano fue un precursor
En 1795 recomienda la creación de una escuela de agricultura donde se enseñe el cultivo racional de la tierra. Sin embargo, el sueño del visionario se cristalizará, tardíamente, en 1889 con la creación de la Escuela Práctica de Agricultura en la Provincia de Buenos Aires y poco después con el Instituto Agronómico y Veterinario. La Universidad de Buenos Aires que había nacido en 1822, dos años después de la muerte de Belgrano, recién en 1904 incorpora la Facultad de Agronomía en su estructura académica.
Además, fue un precursor de lo que hoy se conoce con el nombre de ecodesarrollo: ecología agraria y agricultura sostenible. El cuidado del medio ambiente y en particular de la tierra debía ser uno de los objetivos primeros de los gobiernos. "Debe procurarse la mutación de las producciones, la protección de los montes que evita el lavado de las tierras, preservarse la sombra de los árboles que conservan la humedad de los suelos y quebrantan los aires fuertes", decía en una de sus Memorias

Trabajo especial sobre Manuel Belgrano y la economía:

1) Releer el artículo periodístico de manera completa.

2) Buscar en el diccionario estas palabras claves:
Propiedad agraria – agricultura- manufactura-comercio- librecambista-

3) ¿Quién fue Adam Smith?

4) ¿Cómo consideraba Belgrano a la agricultura? ¿Y qué opinaba de la industria?

5) ¿Quién fundó el Correo de Comercio? ¿Qué era?

6) ¿Qué quiera decir esta frase: “Belgrano consideraba que la falta de propiedad de la tierra desalentaba la productividad y era fuente de pobreza porque reducía la disponibilidad de fuentes de trabajo”.

Desarmar la palabra: Desealentaba = prefijo _________ verbo ____________

7) ¿Por qué son importantes para él las escuelas de comercio?

8) Explica la relación que existe entre la cantidad de escuelas que fundó y esta frase que dijo Belgrano en su autobiografía: ¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos”.

9) ¿Qué información agrega el periódico “El Litoral” con respecto al diario Clarín?
Por lo menos explica dos cosas nuevas.

10) ¿Por qué un periódico del interior (El Litoral) suponés que habla más detalladamente que Clarín sobre lo difícil que fue realizar y sostener las escuelas de Agricultura?

Recursos:

INFOGRAFÍA VIRTUAL  EL HISTORIADOR

FRASES DE BELGRANO:

"Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizando su felicidad y holgando su industria"

"La agricultura es la madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio." (Sobre la agricultura)

"Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos. " (Sobre la educación)

"Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñase doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, etc., y principalmente, inspirándoles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad." (Sobre la educación en las mujeres)

"Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo que, sin duda es el alma de las artes. Algunos creen inútil este conocimiento; pero es tan necesario que todo menestral lo necesita para perfeccionarse en su oficio; el carpintero, cantero, bordador, sastre, herrero y hasta los zapateros no podrán cortar unos zapatos sin el ajuste y perfección de vida, si no saben dibujar. Aún se extienden a más que [a] los artistas, los beneficios que resultan de una escuela de dibujo; sin este conocimiento los filósofos principiantes, no entenderán los Planisferios de las esferas celeste y terrestre, ni los armilares que se ponen para [estudiar] el movimiento de la tierra, y [de]más planetas en sus respectivos sistemas: y por consiguiente, los dueños de las máquinas eléctricas y neumáticas y otros muchos que se ponen ya en sus libros". (Sobre la Academia de Geometría y Dibujo)

Continuará...

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